Las personas necesitamos comprender el mundo y nos esforzamos mucho en conseguirlo. Por ello, buscamos mil maneras de entender todo aquello que nos rodea. Lo buscamos tanto, que a veces acabamos adoptando una explicación a algo, sin ningún tipo de duda. Aceptamos cualquier argumento sin ningún tipo de pensamiento crítico o cuestionamiento, si éste consigue aportar algún sentido a lo que no entendemos. Por este motivo, puede que hayas desarrollado ideas preconcebidas y equivocadas a cerca de tu apariencia.
Esto sucede a cualquier edad, aunque es cierto que somos más vulnerables en el periodo más temprano de nuestra vida. Sobre todo, si esta explicación viene dada por referentes (padres, abuelos, profesores…) o por nuestros iguales (amigos, hermanos, compañeros de clase…).
Ahora recuerda cuando eras pequeñ@ y recibías insultos como «Eh, vaca», «mírame, Dumbo» o «mira a esa ballena». O acuérdate de esa comida familiar en la que esa persona en la que debías confiar te decía algo así como «qué lástima, con lo guapa que es tu hermana» o «con la cara tan bonita que tienes, qué pena que no adelgaces». O quizás veías anuncios en la televisión en los que se deducía que «lo femenino es estar delgada» y «lo masculino es tener músculos». Puede que no hayas vivido esto en primera persona, pero estoy segura que si has llegado a este punto del artículo, eres una persona con la empatía suficiente como para comprender qué emociones se despiertan en situaciones así.
Y hablando de comprender, como te decía, lo que las personas nos esforzamos mucho en hacer desde el inicio de los tiempos es: Comprender.
Así que un/a niñ/a o adolescente que se vea en situaciones como las que he expuesto anteriormente va a destinar mucha energía en entender por qué le sucede esto. Y así, intentando dar sentido a lo que nos rodea, es como las personas desarrollamos Esquemas Cognitivos (menudos términos más rimbombantes tenemos los psicólogos…)
Entendiendo el mundo con Esquemas Cognitivos
Todos tenemos Esquemas Cognitivos porque los necesitamos. Dan sentido al amor, la amistad, el dinero… básicamente aportan significado a todo.
Así pues, si durante tu infancia o adolescencia has recibido mensajes explícitos o implícitos sobre tu corporalidad, es muy probable que tengas Esquemas Cognitivos sobre tu apariencia. Pensamientos que asumes y que puede que estén equivocados.
Estos Esquemas Cognitivos quizás te han llevado a asumir ideas preconcebidas y equivocadas a cerca de tu apariencia y tu propia valía personal. Influyendo así, en tu autoestima y en tu relación con los demás.
¿Sabes cómo se rompen estas ideas preconcebidas y equivocadas a cerca de tu apariencia.? Cuestionándolas.
Pero para cuestionarlas, primero debemos descubrir y conocer qué ideas preconcebidas hemos asumido de manera errónea sobre nuestra apariencia.
Estas son algunas de las creencias que tienes sobre tu cuerpo
Antes de avanzar sobre esta cuestión quiero que quede una cosa muy clara: Tú no tienes ninguna culpa de haber asumido algo erróneo sobre tu cuerpo. La responsabilidad de ello recae sobre muchas variables, sin embargo, sí que tienes la responsabilidad (y la oportunidad) de cuestionarlas y eliminarlas de tu mente.
Te invito a que reflexiones si algunos de los siguientes Esquemas Cognitivos pueden estar influyendo en cómo percibes y vives tu propio cuerpo:
- «Mi valía personal depende de mi apariencia»
Las personas que han desarrollado este pensamiento creen que su imagen personal es lo que más las definen. Creen que su talla, color de piel, altura o estrías las caracteriza mucho más que su propia personalidad o experiencias.
Estas personas suelen infravalorar las muchas virtudes que tienen más allá de su cuerpo y suelen dedicar mucho tiempo a alcanzar el look con el que se quieren proyectar al mundo.
Si te sientes identificad@, te recomiendo que dediques un tiempo a pensar otros aspectos que te definan y que no tengan nada que ver con tu apariencia física. ¿Qué cualidades tienes que te hacen sentir orgullo de la persona que eres?
2. «Tengo que hacer siempre lo que sea necesario para tener el mejor aspecto físico»
Las personas que piensan así suelen vivir el presentarse siempre con el mejor aspecto físico como un deber. El principal problema es que pensar así, con tanta exigencia y perfeccionismo, lleva al fracaso. Ya que se está demandando lo imposible.
¿Qué le dirías a una persona a la que quieres si un día no tiene un buen aspecto?, ¿Serías tan dur@ y exigente con ella?. Espero que no. Te animo a que no lo seas tampoco contigo.
3. «Lo primero que ven los demás de mí es lo que está mal de mi cuerpo»
Esta es una verdad a medias. Probablemente, si tienes una característica física muy marcada, algunas personas se vayan a girar para verlas o te vayan a observar con más o menos discreción. Es así, así es como somos las personas. Nos llama la atención lo que no solemos ver, somos curiosos por naturaleza.
Pero… ¿Y qué?, ¿Qué pasa si otr@ se gira para mirarte? Eso no significa que te vaya a tratar mal o que se vaya a burlar de ti. Que una persona se fije en algo de ti, no arruina tu vida. Además, que una persona haga una cosa u otra no depende de ti. Son tus acciones las que dependen de ti.
¿Qué cosas buenas suelen destacar de ti aquellas personas que te quieren y aprecian? Seguro que nada tiene que ver con tu aspecto físico. Eso es lo que cuenta, no lo que un/a desconocid@ que muy probablemente no volverás a ver pueda observar de tu apariencia.
Los Esquemas Cognitivos relacionados con la apariencia física son infinitos, sin embargo, en próximas entradas recogeré otros que son también muy comunes para así poder aportar un primer paso hacia el cuestionamiento las deas preconcebidas y equivocadas a cerca de tu apariencia, y que como sociedad, hemos desarrollado.