No, no se trata de cómo tomar consciencia de lo que comes para poder comer sólo lo que consideres que debes comer, ni para aumentar el control sobre lo que ingieres. De hecho, es todo lo contrario. Se trata de soltar el control para aprender a tomar consciencia y entender por qué comes lo que comes.
El control lleva al descontrol
Soy firme defensora de que el control sólo lleva al descontrol. Hablamos de control en la alimentación cuando nos encontramos con pautas muy rígidas a la hora de comer.
Algunas pistas de que podemos estar actuando desde el control son las siguientes:
- Intentamos seguir un plan dietético estricto a rajatabla
- No nos permitimos ingerir más de un determinado número de calorías
- Tenemos alimentos prohibidos que no deberíamos comer
- A partir de cierta hora del día creemos que ya no deberíamos comer cierto tipo de alimento
Fíjate que las frases las he escrito como si fueran planteamientos, porque en la práctica, el control es algo que no podemos ejercer de manera prolongada. Y siempre, siempre, siempre… acaba llevando al descontrol.
Además, aquí te dejo un artículo para que veas por qué las dietas nunca funcionan a largo plazo.
Yo veo el control como una cuerda de guitarra. La podemos forzar, estirar y tensar… pero llega un momento que si seguimos tirando de ella, se rompe. El control es así, aguantamos días a días en tensión, sufriendo, haciendo sacrificios… hasta que llega un momento que nos rompemos.
Nos rompemos, por ejemplo, cuando llevamos a cabo una dieta estricta entre semana y el fin de semana comemos por encima de nuestro bienestar físico y emocional. O cuando pasamos hambre todo un día para después poder comer lo que queramos en una cena con amigos (seguro que si hubieras comido lo que tu cuerpo precisa durante el día, no te hubieras llenado tanto en la cena con amigos).
¿Cómo poner fin al control?
Afortunadamente, podemos poner remedio al control desde la toma de consciencia. Para ello, primero tenemos que ser conscientes de que estamos actuando desde el control y la rigidez. Y luego, podremos pasar al siguiente paso: Desconectar el piloto automático y ser conscientes del momento presente.
Apreciar y observar (sin juicios) qué sentimos, qué pensamos y qué estamos haciendo. De hecho, es un aprendizaje que podemos extrapolar a todas las áreas de nuestra vida. No se limita a nuestra alimentación.
Sin embargo, aunque precioso y lleno de satisfacción, el camino hacia la toma de consciencia de nuestra relación con la comida, nuestro hambre y saciedad no es fácil ni rápida. Conlleva un periodo de aprendizaje, curiosidad hacia un@ mism@ y mucha autocomprensión.
Aun así, estoy segura que las personas a las que he acompañado en este camino están felices de haber mejorado de esta manera su relación con la alimentación en las sesiones de psiconutrición.
Preguntas para la toma de consciencia
Por este motivo, quiero compartir contigo una de las principales claves para empezar a tomar consciencia: ¡Hacerse preguntas! Y responder a esas preguntas sin juicio, sin límites y escuchando con genuina curiosidad a tus respuestas.
¡Ya verás! ¡Para un segundo! Cierra los ojos, respira profundamente y pregúntate:
- ¿Tengo hambre?
- ¿De 0 a 10 cuánta hambre tengo? Donde 0 es que estás totalmente saciad@ y 10 es que tienes un hambre tan grande que duele.
- ¿Dónde siento esta hambre?, ¿en qué partes de mi cuerpo me fijo para saber si tengo hambre?
- ¿Qué parte de mí tiene hambre?
Es oportuno hacerse estas preguntas para determinar qué cantidad de comida necesitamos o queremos.
Por otro lado, es interesante ir reevaluando nuestro estado de hambre a medida que avanzamos comiendo un plato. Podemos preguntarnos lo siguiente:
- ¿Sigo teniendo hambre?
- ¿De 0 a 10 cuánta hambre tengo?
- ¿Sigo teniendo ganas de comer este mismo plato?
- ¿Me continúa sabiendo tan bien como desde un inicio?
- ¿Estoy detectando los distintos sabores, aromas y texturas?
A través de estas preguntas podrás iniciarte en la toma de consciencia de lo que comes y empezarás a conocer cuál es tu nivel de hambre, qué alimento te apetece y quieres comer y podrás parar de comer en el momento en el que tu cuerpo empiece a estar ya saciado.
Si tienes alguna duda puedes reservar una sesión online gratuita conmigo. O si tienes muy claro que quieres empezar a trabajar en tu relación con la alimentación, puedes reservar una sesión de psiconutrición ¡Estaré encantada de acompañarte!