Los 7 tipos de hambre: comprende tu relación con la comida desde la psiconutrición

¿Sabías que existen diferentes tipos de hambre y que no todas tienen que ver con el estómago? A veces comemos por costumbre, por emoción o simplemente porque algo nos resulta apetecible a la vista o al olfato.

La psiconutrición nos ayuda a identificar qué tipo de hambre estamos sintiendo y a desarrollar una relación más consciente y amable con la comida. Reconocer los distintos tipos de hambre puede ser el primer paso para reducir la ansiedad por la comida y cuidar tanto de tu cuerpo como de tu bienestar emocional.

Según la pediatra y maestra zen Jan Chozen Bays, existen 7 tipos de hambre, y solo uno de ellos responde a una necesidad física. Los demás están ligados a nuestros sentidos, emociones y pensamientos.

Los 7 tipos de hambre: una mirada desde la psiconutrición

Comprender los tipos de hambre te permite reconectar con las verdaderas señales de tu cuerpo y diferenciar cuándo comer es una necesidad fisiológica y cuándo es una respuesta emocional.

1. Hambre visual

El hambre visual aparece cuando ves algo que te atrae visualmente, aunque no tengas hambre física. Es la que te impulsa a querer probar un postre solo porque “se ve delicioso”.

Invitación consciente: aprecia la comida con la vista y pregúntate si realmente tu cuerpo necesita alimento o si solo deseas disfrutar lo que ves.

2. Hambre olfativa

Un aroma puede despertar recuerdos, emociones o sensación de consuelo. Esa hambre olfativa nos invita a comer no por necesidad, sino por nostalgia o placer sensorial.
Práctica mindful: respira, huele y disfruta el aroma sin necesidad de comerlo. A veces basta con el olor para sentir calma.

3. Hambre bucal

Tu boca busca placer, texturas y sabores. El hambre bucal es el que te lleva a seguir comiendo aunque ya estés satisfecha, solo porque algo está “demasiado bueno”.
Atención plena: disfruta los primeros bocados y nota cuándo el placer se convierte en costumbre o impulso.

4. Hambre estomacal

Este es el tipo de hambre más «auténtico»: el físico. Es la señal de que tu cuerpo realmente necesita energía.
Cómo reconocerla: espera unos minutos y observa. Si la sensación se mantiene o aumenta, probablemente sea hambre fisiológica. Si desaparece, puede tratarse de otro tipo de hambre.

5. Hambre celular

El hambre celular aparece cuando el cuerpo necesita nutrientes específicos, agua o descanso. A veces se manifiesta como una sensación difusa de “necesito algo, pero no sé qué”.
Escucha corporal: aprende a distinguir si lo que necesitas es alimento, hidratación o autocuidado.

6. Hambre de corazón

El hambre de corazón es una de las más comunes. Aparece cuando comemos para calmar emociones como la tristeza, la soledad o la ansiedad. Aunque la comida puede reconfortar momentáneamente, no resuelve lo que sentimos. También es conocida como «Hambre emocional«
Reflexión amable: antes de comer, pregúntate qué emoción estás intentando calmar. Quizás tu corazón necesita comprensión u otro tipo de recurso.

7. Hambre mental

El hambre mental se alimenta de pensamientos y juicios: “debería comer esto”, “no puedo comer aquello”, “ya arruiné la dieta”. Este tipo de hambre genera culpa y desconexión.
Liberación consciente: come con curiosidad, no con culpa. La mente no siempre tiene la razón; a veces solo necesita paz.

Psiconutrición y tipos de hambre: el arte de escuchar a tu cuerpo

La psiconutrición te ayuda a reconocer los diferentes tipos de hambre para que puedas relacionarte con la comida desde la conciencia y no desde el impulso. Aprender a escuchar tus señales internas te permitirá:

  • Diferenciar el hambre emocional del hambre fisiológica.

  • Gestionar la ansiedad por la comida con recursos más saludables.

  • Comprender qué tipo de hambre está presente antes de comer.

  • Recuperar una relación tranquila y respetuosa con la comida y con tu cuerpo.

Cómo puede ayudarte la terapia psicológica en la relación con la comida

Como psicóloga especializada en psiconutrición y relación con la comida, puedo acompañarte en el proceso de identificar tus tipos de hambre y entender qué emociones, pensamientos o necesidades se esconden detrás de ellas.

A través del trabajo terapéutico aprenderás a:

  • Reconocer y gestionar el hambre emocional sin recurrir impulsivamente a la comida.

  • Disminuir la ansiedad por la comida y reconectar con tus señales internas de hambre y saciedad.

  • Desarrollar una relación más libre, compasiva y consciente con la alimentación.

Sanar tu relación con la comida también es una forma de sanar tu relación contigo misma. Si quieres más información sobre el acompañamiento psicológico para mejorar tu relación con la comida y/o el trabajo desde la psiconutrición, puedes consultar este enlace.

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